La torre Michelfeld II se eleva con sus cinco pisos hasta la orgullosa altura de 20 metros. Esta poderosa torre de concha mide en su base 7,80 metros de ancho y se extiende 5 metros más allá de la muralla de la ciudad. Los pisos individuales tenían techos de viga. Se podía ascender por escaleras de mano. Cada piso tenía saeteras en los tres lados. El superior contaba con ventanas rectangulares y una pasarela de madera. El lado que da a la ciudad estaba cerrado por una pared de madera, como lo sugieren los orificios de las vigas. Anteriormente, la torre tenía un alto techo a dos aguas, como demuestran todas las viejas vistas de la ciudad.

Torres de concha tan altas como la torre Michelfeld II son, debido a que solo tienen tres muros, estructuralmente no muy estables. Los maestros constructores medievales mejoraron la estática de las torres abiertas hacia la ciudad mediante un ingenioso sistema de anclajes de madera. Grosas vigas de roble unían las tres paredes de la torre y compensaban así la falta de estabilidad que habría proporcionado un cuarto muro. Dado que estos anclajes han podrido con el tiempo, la cara sur de la torre Michelfeld II colapsó un tercio en 1938. Sin embargo, la torre ha sido restaurada.